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Recientemente tuve la oportunidad de escuchar a la Secretaria de la Educación Cláudia Costin hablar sobre las reformas implementadas en el sistema educativo de Rio de Janeiro desde 2009. El enfoque Rio – reforma de todo el sistema con un énfasis en resultados – parece haber tenido efectos positivos y puede ofrecer lecciones útiles para reformas en otras partes de América Latina.
Para Costin y sus colegas, el objetivo principal ha sido elevar rápidamente los niveles de aprendizaje. Eligieron una combinación de reformas que pensaron podrían promover ese objetivo de diversas maneras. Estas incluyeron alargar la jornada escolar, tomar pruebas a todos los alumnos cada dos meses (en lectura, matemáticas, ciencias y escritura) para evaluar su progreso, proporcionar tutoría a los que se quedan atrás, involucrar a los docentes en la toma de decisiones, firmar contratos anuales de gestión con las escuelas y hacerlas responsables por los resultados, otorgar bonos salariales para las escuelas que cumplan con los objetivos de aprendizaje, e involucrar a la sociedad civil en el proceso de reforma. También establecieron una plataforma en línea (Educopédia) para lecciones digitales colaborativas, un conjunto de escuelas secundarias experimentales, y las llamadas “Escuelas para Mañana” en zonas de violencia.
Después de más de cuatro años, los resultados han sido muy positivos. Tanto las puntaciones en los exámenes como las tasas de alfabetización y aritmética han aumentado de manera significativa. Casi el 90% de los estudiantes de primer año están leyendo y escribiendo al nivel de grado, y más de 40% de las escuelas han recibido bonos salariales por cumplir con los objetivos de aprendizaje. Hasta ahora, por lo menos, el enfoque sistémico parece ser exitoso. Costin y sus colegas están trabajando para perfeccionar e institucionalizar las reformas, y para diseñar pasos adicionales hacía el aumento de niveles de aprendizaje.
Me impresionó especialmente como Costin y sus colegas han combinado principios de gestión establecidos con pragmatismo. Han tratado de mezclar la continuidad con el cambio, comunicar con claridad los problemas que pretenden abordar, utilizar de forma selectiva la literatura actual sobre políticas educativas, y establecer un sistema de incentivos basado en el desempeño. Han defendido el uso de las pruebas de estudiantes contra los argumentos que no son suficientes (“Lo perfecto es el enemigo de lo bueno”). Han sido realistas en cuanto a la resistencia a clasificar a las escuelas sobre la base de los resultados (“Todo el mundo odia los rankings, pero a todo el mundo le encanta los rankings”). Han argumentado fuertemente a favor de la participación de la sociedad civil en la supervisión de las escuelas (“La educación es demasiado importante para dejarla solo en manos del gobierno”). El resultado ha sido excepcional y merece mayor atención. Se puede ver un video de la presentación de Costin (en el Banco Mundial), junto con su PowerPoint, abajo.