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Tamara Taraciuk Broner, directora del Programa sobre Estado de derecho, conversó con La Nación sobre el rol de la comunidad internacional para promover una transición democrática en Venezuela.
COMENTARIOS DE TARACIUK BRONER:
Pregunta (P): ¿Cómo describirías la foto actual de Venezuela?
Respuesta (R): Creo que Venezuela está en uno de sus peores momentos. Hay una escalada represiva que no es nueva porque los patrones que estamos viendo son muy similares a lo que ocurrió en el pasado, pero es mucho más intensa y con un nivel de control social mucho mayor a lo que se veía antes. Y, por otro lado, las elecciones del 28 de julio fueron un hito político. A pesar de las condiciones económicas y humanitarias del país, millones de personas se movilizaron para votar y dejaron claro que la gran mayoría del país quiere un cambio. La respuesta de quienes están en el poder es un fraude evidente y descarado y quedó totalmente desmoronado cualquier intento de fachada o legitimidad democrática que el gobierno Maduro quería obtener con estas elecciones.
P: A grandes rasgos, podría haber dos caminos: por un lado, una dictadura al estilo de la de Nicaragua y el otro, la salida negociada. ¿Cuál camino es el que podría imponerse? O en todo caso, ¿cómo hacer para que construir una transición a la democracia?
R: Yo no creo que el régimen esté yendo en dirección a Nicaragua. Ya está ahí. Hoy están actuando como si este escenario, el de atrincherarse en el poder, fuese su mejor alternativa. Yo no creo que la de una dictadura pura, dura y permanente en Venezuela sea un desenlace inevitable. Las circunstancias hoy son muy distintas a las del pasado, por muchos motivos. Primero porque hay una clara demostración del descontento popular masivo, inclusive de personas que tradicionalmente apoyaban al gobierno porque la oposición ganó en zonas populares que siempre votaron en favor del chavismo. La oposición consiguió el 83 % de las actas porque los militares dejaron que las obtuvieran. Y si consiguieron esa cantidad de votos es porque hay soldados, policías, funcionarios públicos que fueron a votar y votaron por la oposición. Segundo, la oposición se ha mantenido unida en la vía electoral como hace mucho tiempo que no lo hacía. Lo de Edmundo González es un hecho, pero María Corina Machado demostró un carisma político que sorprendió muchísimo porque se esperaba que boicoteara las elecciones si ella no era candidata y ella ha venido tomando decisiones más institucionales que personales, una y otra vez. Y, por último, lo que Maduro ha hecho fue tan burdo, tanto el fraude como la represión, que se la dejó difícil a los gobiernos de izquierda que tradicionalmente hacían la vista gorda que lo apoyaron. Entonces no hay ningún gobierno democrático que haya reconocido los resultados electorales. Todo ese contexto es muy distinto.
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