This post is also available in: English Español
La situación migratoria con la llegada de siete millones de personas desde 2020 a la frontera entre México y Estados Unidos, con siete mil personas a diario en 2023, clasifica como crisis. La manifestación de esta migración sobre el entorno es tan fuerte que su contención escapa al control y la capacidad de manejo de expertos y autoridades en Estados Unidos. Esa dificultad en contener la movilidad se derrama sobre otros espacios, como el de ciudades que quedan saturadas de migrantes en sus centros de albergue, con sistemas de protección social presionados por falta de abasto, o con aumento de basura en las calles.
La escala, composición, naturaleza y manejo de la migración se ubica por encima de los patrones históricos, con dinámicas sin precedentes y consecuencias drásticas. Las respuestas requieren de un tratamiento político, de cooperación, presión externa, e invertir recursos para lidiar con la situación actual para prevenir su continuidad.
Una ola sin precedente
La ola migratoria que alza vuelo desde fines del 2020 ya lleva tres años de duración y no va a parar. Lo que parecía un proceso relacionado con la decisión familiar durante la pandemia de postergar la salida un año más, lleva ya más de dos años.
[…]