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En un artículo publicado por El País, Ariel Fiszbein y Emiliana Vegas argumentan que Chile está actualmente en un profundo debate sobre el futuro de su sistema educativo. A pesar de ser el país más avanzado de América Latina con respecto a la educación, Chile quiere ser un país desarrollado y no se conforma con compararse únicamente con sus vecinos. Su referente son los países más desarrollados, miembros del grupo OCDE, del cual Chile forma parte. Y en este grupo, el sistema educativo chileno deja mucho que desear.
De hecho, de los 65 países que participaron en la prueba PISA 2012, Chile quedó en el lugar 51. Esta mezcla de resultados muy superiores a sus vecinos, pero muy inferiores a los países a los cuales Chile aspira a parecerse, se evidencia en las fuertes demandas desde todos los ámbitos sociales por mejoras sustantivas en la calidad y equidad de las oportunidades educativas.
Fiszbein y Vegas nos invitan a analizar la evidencia internacional acerca de cuáles políticas han mostrado resultados positivos sobre la calidad y la equidad de la educación. En su opinión, cinco factores son fundamentales: (1) establecer metas ambiciosas de aprendizaje, (2) asegurar que todos los niños entren al sistema escolar listos para aprender, (3) apoyar a los maestros y profesores que tenemos y atraer a los más talentosos al sistema educativo, (4) invertir en ambientes educativos atractivos para docentes y alumnos, y (5) acercar el sistema educativo al mundo productivo.
Lea el artículo original “La paradoja de la educación en Chile” aquí.