Sacando a la calle la discusión sobre metas de aprendizaje

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El mes pasado hicimos una consulta regional sobre lo que pensaban los Latinoamericanos interesados en el tema educativo sobre cuáles deberían ser los nuevos indicadores para monitorear el progreso del sector educativo especialmente en el marco de la Agenda de Desarrollo post-2015 (vea los resultados de la consulta aquí).

América Latina ha cumplido con los Objetivos del Milenio, prácticamente universalizando la educación primaria y también logrando una cobertura con paridad de género.  Al mismo tiempo la región ha venido produciendo más información relacionada con indicadores de aprendizaje (tanto a partir de sistemas de medición nacionales, como de sistemas comparativos internacionales como el Programme for International Student Assessment, PISA, o el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de Calidad de la Educación, LLECE), y los resultados son realmente preocupantes.  Lo que se ve es que los estudiantes no están aprendiendo.

Tuvimos respuesta a la encuesta de varios países, en especial de Argentina,  Chile, Colombia,  República Dominicana, México y Nicaragua; pero también de, Brasil, Guatemala y Paraguay. Solo unas pocas de  Costa Rica, Cuba, Panamá, Uruguay, y Venezuela.  De todas maneras estas respuestas de docentes, académicos, ciudadanos interesados en el tema, funcionarios, estudiantes, empleadores, y hasta políticos, indican que la absoluta mayoría piensa que los nuevos indicadores deben concentrarse en el aprendizaje.  Este parece ser un consenso en la mayoría de las audiencias (i.e., foros técnicos, consultas a expertos, etc.),  que han tocado el tema de los indicadores post-2015.

Los Latinoamericanos creen que hay que medir resultados que capten el progreso en el desarrollo inicial; y también la capacidad de lectura, desde los años iniciales (Grado 2do), al final de la primaria, y a los 15 años cuando la mayoría estudia en la secundaria y se aprestan a contemplar la entrada en el mercado laboral.

En cuanto a indicadores de desarrollo inicial, hay un apoyo a la idea de medir tanto desarrollo cognoscitivo como desarrollo socio-emocional.   Pocos, solo el 13 por ciento de los entrevistados, no consideran importante monitorear este nivel educativo.  Paradójicamente el desarrollo de capital humano es particularmente importante a esta edad ya que es cuando se desarrolla el cerebro y se consolidan las habilidades mínimas para progresar en los siguiente niveles educativos.

Al finalizar el 2do grado se espera que los alumnos hayan alcanzado la lectura automatizada (Reading automaticity) y  puedan no solo aprender a leer efectivamente, sino aprender a aprender.  En principio, la mayoría logra este nivel al final del segundo grado cuando sus habilidades lectoras se han desarrollado tanto que los jóvenes no necesitan su memoria (working memory) para leer y pueden usar esa memoria para interpretar, comprender y para pensamiento creativo.  Un estándar que se ha venido utilizando para medir habilidad lectora temprana es el de fluidez lectora (60 palabras por minuto para alumnos que finalizan el segundo grado) ya que se correlaciona altamente con la comprensión[1].  La mayoría de los que respondieron la encuesta, 88%, cree que se debe usar dicho indicador.

Propusimos que se usara la prueba OREALC/UNESCO para monitorear la capacidad de lectura en el nivel de primaria. Esta prueba se ha realizado tres veces en los últimos 12 años, y ha adquirido una buena credibilidad.  Con un total bastante alto, 97%,  la opinión generalizada es que se use la prueba. Igual proporción de respondientes considera que la prueba PISA debería usarse para monitorear la calidad de la educación a los 15 años. Esta es una buena noticia porque la prueba además serviría para establecer comparaciones con nuestros competidores en la economía global.

Igualmente consistentes fueron las respuestas a las preguntas que hicimos en torno a cómo avanzar en la dirección de mejorar los indicadores de aprendizaje.  Un 96% de las respuestas indicaron apoyo a la idea que el estado tiene la obligación de proveer los medios necesarios como para que todos los niños logren las metas propuestas.  Del mismo modo un 96% de las respuestas apoyaron la propuesta de reclamar de todos los candidatos presidenciales una clara posición en torno a metas de aprendizaje.

Creemos que estas últimas dos respuestas son de gran importancia. Los expertos pueden debatir metas todo lo que deseen, pero si la discusión no cobra una fuerte presencia política, es poco probable que veamos avances reales. Debemos establecer responsabilidades y demandar definiciones y compromisos por parte de nuestros lideres.

Para contribuir a este debate, nos proponemos hacerle las siguientes preguntas a todos los candidatos a la presidencia en los países de América Latina y publicar las respuestas en este blog (incluyendo la falta de respuestas cuando sea el caso):

1. Cree usted que es necesario establecer metas claras de aprendizaje que sirvan para fijar expectativas para todos los alumnos en el país?
2. Cuáles cree deben ser las metas de aprendizaje que deben lograrse durante el próximo período presidencial para:
   • Niños de 5 anos, antes de entrar a la escuela primaria
   • Los alumnos que completen el segundo grado de primaria
   • Los alumnos al terminar la escuela primaria
   • Los jóvenes a los 15 años de edad
3. Qué compromisos está dispuesto a tomar para avanzar con el logro de esas metas?

Comenzaremos con los candidatos a la presidencia en Bolivia, Brasil, Colombia y Uruguay durante 2014 y seguiremos con Argentina y Guatemala en 2015.

[1] Kudo, Ines, y Jorge Bazan. 2009 “Measuring Beginner Reading Skills. An empirical evaluation of alternative instruments and the potential use for policymaking an accountability,” PDWB 4812, Banco Mundial: Washington DC.