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Por Eduardo Vélez Bustillo
La pregunta más importante que necesitan contestar los profesionales de la educación en América Latina hoy es cómo pueden mejorar la calidad de su educación. Los estudiantes latinoamericanos invierten más tiempo que nunca en la escuela, pero no adquieren las habilidades necesarias para tener éxito en el mercado laboral. Independientemente de cómo se midan las habilidades (a través de pruebas internacionales o nacionales) nuestros estudiantes no están aprendiendo mucho. De hecho, el porcentaje de estudiantes que no puede leer al final de la educación básica es alarmante. El continente ha avanzado en lograr metas educativas cuantitativas, pero no cualitativas.
¿Por qué? La literatura ofrece muchas explicaciones que van desde las condiciones socioeconómicas del alumno a ineficiencias en el uso de los recursos disponibles en la aula, así como también debilidades de los sistemas educativos. Hoy quiero proponer un factor que algunos han destacado últimamente: muchos maestros no saben enseñar a leer con eficacia, lo que conlleva a una incapacidad de leer al nivel inicial del ciclo educativo. El argumento es simple. Muchos estudiantes no saben leer ni una sola palabra en tercer grado, lo que afecta su desempeño a lo largo del ciclo educativo. Aprender a leer en los primeros grados escolares es crítico para la eficiencia de un sistema educativo. De hecho, se podría evitar en gran medida la repetición de grado y la deserción escolar si los estudiantes son capaces de leer a la velocidad requerida desde el principio. Además, la lectura en los grados iniciales aumenta la probabilidad de que los estudiantes permanezcan en el sistema y aprendan; y, al largo plazo, también tiene implicaciones en la productividad individual en el mercado laboral. Este tema afecta a la mayoría de los estudiantes, pero especialmente a los de familias de ingreso medio-bajo y bajo.
Algunos dicen que mejorar la calidad del sistema educativo requiere un enfoque sistémico en lugar de confiar en una reforma educativa única, pero si yo estuviera a cargo de un sistema educativo tratando de mejorar la calidad, mi prioridad sería mejorar la manera en que se enseña a leer a los estudiantes. ¿Cómo hacerlo? Propondría lo que está siendo desarrollado y probado en algunos países en todo el mundo por parte de algunos donantes, gobiernos, y Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Básicamente, la idea es mejorar la comprensión a través de:
- Mejorar la eficacia de la enseñanza con guiones para la clase, la instrucción directa, y la supervisión;
- Garantizar el uso del tiempo de instrucción (dedicando un tiempo específico a la lectura durante la semana dentro y fuera del aula, incluso en el hogar );
- Proporcionar materiales relevantes de lectura (con visuales adecuadas como letras grandes, espacios, algunas imágenes pequeñas, pero especialmente libros de texto con materiales de práctica suficiente);
- Cambiar la práctica pedagógica (enseñar las letras una a una, desarrollar la automaticidad, aumentar la conciencia fonológica);
- Desarrollar un estándar simple que todas las partes interesadas puedan entender y medir para monitorear el progreso, tales como ofrecerle retroalimentación a todos los estudiantes (es decir, el número de palabras leídas por minuto, o la fluidez, porque hay una fuerte correlación entre la velocidad y la comprensión basada en la neurociencia); y
- Involucrar a los padres.
El Early Grade Reading Assessment (EGRA, o la Evaluación de lectura en grados iniciales) es un instrumento que ha sido desarrollado para implementar este planteamiento. Éste incluye actividades para desarrollar las habilidades de alfabetización (alfabetización emergente, decodificación, la confirmación y la fluidez), y las tareas que abarcan la conciencia fonológica, la segmentación de fonemas, vocabulario oral, comprensión auditiva, la identificación de letras (nombres y sonidos), identificación de sílabas, lectura de palabras inventadas y lectura de palabras familiares, y la fluidez en lectura en voz alta con comprensión.
Un aspecto positivo es que el planteamiento ya está apoyado por evidencia preliminar sólida acerca de sus beneficios. Por ejemplo, ¡en un par de países de África se redujeron los estudiantes analfabetos a la mitad sólo en el transcurso de un par de años! En una muestra de escuelas en un país de América Latina, los resultados fueron similares.
Los interesados ??en información más detallada pueden ver las siguientes dos publicaciones por Abadzi , y por Gove y Wetterberg .
El autor es un consultor independiente con 35 años de experiencia internacional en el sector educativo.
Imagenes son de soeducated.com y el autor.