Mientras la evidencia de que las escuelas chárter ofrecen nuevas oportunidades a estudiantes con dificultades recibe cada vez más atención, un artículo reciente del New York Times titulado “Troubled Schools Try Mimicking the Charters” (Escuelas en problemas intentan imitar a los Chárters) provee pruebas significativas que sostienen la hipótesis de que la competencia con escuelas chárter llevará a las escuelas públicas a adoptar técnicas innovadoras para mejorar el aprendizaje estudiantil.
El artículo reporta que el distrito de Houston, Texas, ha promovido un conjunto de políticas educativas basadas en cinco prácticas exitosas utilizadas por las escuelas Chárter e identificadas por el investigador de la Universidad de Harvard, Roland G. Fryer: 1) jornadas y años escolares más largos, 2) contratación más selectiva de maestros y directores, 3) aplicación constante de exámenes, cuyos resultados determinan qué se necesita enseñar de nuevo, 4) alta dosis de tutorías y 5) una cultura “sin excusas”. El distrito gastó $19 millones durante su primer año en el esfuerzo de contratar nuevos directores, maestros y tutores y pagándole la liquidación a los maestros que optaron por retirarse en lugar de participar. Con 100 escuelas chárter compitiendo con 300 escuelas públicas, Houston es la locación apropiada para que la competencia por la educación haya resultado en prácticas innovadoras en las escuelas públicas.