Las escuelas charter, o escuelas con finanzas públicas y gestión privada, están siendo promovidas fuertemente por el Presidente Obama a través de su iniciativa “Race to the Top.” Estas escuelas suelen tener días y años escolares más largos, y pagan a los maestros con base en su rendimiento, en lugar de las escalas salariales tradicionales. Además, generalmente, se les requiere que seleccionen a sus estudiantes a través de un proceso aleatorio donde se les da igualdad de acceso a todos. Hoxby concluye que los estudiantes de estas escuelas en Nueva York suelen ser negros y/o pobres con más frecuencia que el alumno promedio de escuelas públicas tradicionales, pero cuyo rendimiento académico en matemáticas y en lectura es mucho mayor que el de aquellos estudiantes con características similares que aún permanecen en escuelas públicas tradicionales. The Wall Street Journal publicó un artículo de opinión que argumenta que los hallazgos de Hoxby desacreditan la crítica más común de las escuelas charter, la cual es que éstas tienden a reclutar a los mejores alumnos de las escuelas públicas tradicionales. Michael Petrilli (del Instituto Hudson) cree que esta práctica puede estar sucediendo, pero que, sin embargo, ello podría ser beneficioso; él sugiere que las escuelas charter de calidad están “efectivamente agrupando a los niños con gran potencial, provenientes de familias pobres y de grupos minoritarios, principalmente ‘motivados’, y creando un ambiente escolar en el cual puedan …tener éxito.”