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El incremento en la producción estadounidense de gas natural derivado del auge del sector de shale está transformando el mercado global del gas. Hace menos de una década, con la producción de gas natural en declive, se esperaba que Estados Unidos se convirtiera en un gran importador de gas natural licuado (GNL) y un mercado de último recurso para cargamentos excedentes alrededor del mundo. Sin embargo hoy, debido al rápido incremento en la producción de gas de shale, Estados Unidos se encuentra preparado para convertirse en un proveedor importante de gas para el mercado global. Los gasoductos para la exportación se están construyendo rápidamente, y las instalaciones inicialmente diseñadas para recibir importaciones se están convirtiendo en terminales de exportación. La producción doméstica de gas ya ha desplazado la mayoría de importaciones provenientes de Canadá, Trinidad y Tobago y el Medio Oriente. Los proyectos de exportación en Estados Unidos están en proceso de agregar GNL a un mercado global actualmente excedentario, poniendo presión hacia abajo a los precios y estimulando cambios a las estructuras de los contratos alrededor del mundo.
A través de Latinoamérica y el Caribe, son los países que han sufrido una escasez crónica de gas natural los que se pueden beneficiar de este exceso de oferta. A pesar de contar con reservas significativas de gas natural, la región se mantiene como un importador neto. La demanda de gas está subiendo en la mayoría de los países, alimentada por el crecimiento económico y precios de electricidad subsidiados que estimulan el consumo. Muchas plantas eléctricas a base de petróleo se están convirtiendo para utilizar gas natural más barato y limpio. La oposición social y ambiental a nuevos proyectos hidroeléctricos también ha acelerado la transición al uso del gas. El gas natural se usa cada vez más para respaldar fuentes de energía renovable intermitentes, incluyendo eólica y solar. El incremento de exportaciones de gas estadounidense a Latinoamérica y el Caribe, así como los precios bajos relacionados al flujo abrumante de exportaciones de Estados Unidos, podría contribuir a precios de electricidad más bajos, una reducción en las emisiones de carbono y mejoras a la seguridad energética de la región. Gas natural más barato y abundante podría continuar estimulando a países a desplazarse al uso de gas para la generación de electricidad e impulsar la transición a vehículos a base de gas natural.
Contacte a la autora:
Lisa Viscidi, Directora del Programa, Energía, Cambio Climático e Industrias Extractivas
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