La migración hacia Estados Unidos no solo refleja la desesperación de millones de personas, sino también las fallas sistémicas en sus países de origen. La respuesta a esta crisis debe ser integral y considerar tanto las raíces de la migración como sus consecuencias globales.
La migración es una fuerza positiva del desarrollo y dar cumplimiento al derecho a la educación de estudiantes en movilidad es una inversión a futuro que impactará positivamente en todas las comunidades, siendo por tanto una inversión con altísimo retorno social.
La Nicaragua de julio de 2024 es muy diferente a lo que comúnmente se ha visto y vivido en los últimos diez años. Es el lugar en que ha desembocado un estado policial, corrupto, oportunista y mentiroso. A 45 años no se celebra un triunfo, se revive un Déjà vu.
China’s attempted economic recalibration has already reverberated across the Latin American and Caribbean region, as many countries see new interest from Chinese companies in emerging industries. Asia & Latin America Program Director Margaret Myers considers the increasingly uncertain role of Central America in this new equation.
China is making headway in the Latin American market by exporting electric vehicles (EVs) and investing in local production. Asia and Latin America Program Director, Margaret Myers, considers the significant implications China’s growth in Latin America’s EV and lithium mining industries could have for the region.
Venezuelans are eager to vote in the July 28 presidential election. While most lack the time or energy to take to the streets and protest the country’s ongoing crisis, reliable polls indicate that they will mobilize to vote—and will vote for change.
Más temprano que tarde, Nicaragua necesita un compromiso nacional para establecer la verdad y la memoria histórica, como premisas para montar el andamiaje de la justicia como una tarea impostergable y realizable.
La situación de los nicaragüenses en Estados Unidos, en condiciones de solicitar asilo, refugio, o provenientes de la diáspora en general, será incierta y preocupante para los próximos tres años.
La relación entre Nicaragua y Rusia se resume en un juego de personalidades autoritarias con ilusiones de grandeza. Daniel Ortega, un animal político primitivamente autoritario, está obsesionado con entregarse a Rusia y Vladimir Putin, como una necesidad existencial. Mientras tanto el dictador ruso acepta el cortejo del dictador criollo para alimentar su ego, su perenne lucha, anacrónica, por recobrar lo que no existe, una nación que perdió décadas atrás su silla imperial.
El consenso global, dentro y fuera del país, es que el principal objetivo de Nicaragua como nación es derrotar el proyecto de sucesión dinástica del régimen actual, para abrir el camino hacia una transición democrática. La realidad obliga a diferenciar entre la lucha por alcanzar el cambio político, y cómo gobernar democráticamente. El denominador común, sin embargo, sigue siendo el mismo, crear una coalición con capacidad de lograr el cambio, y con capacidad de gobernar democráticamente.
En Nicaragua el estado de la economía está totalmente capturado por un régimen que se enriquece a costa del pueblo y el endeudamiento externo. En 2024, la economía crecerá igual que en 2023 gracias a las remesas y los préstamos, pero en vez de distribución equitativa de la riqueza, lo que hay es concentración del dinero para los nuevos ricos del régimen.
La propaganda Ortega-Murillista del “buen gobierno” contrasta con la realidad que agobia a los nicaragüenses. El régimen prioriza el gasto e inversión en carreteras a costa de la inversión social, en momentos en que el país se encuentra en una situación desesperante por la precariedad de su capital humano.
Dadas las complejidades a las que ha estado expuesta y enfrentada la sociedad moderna en América Latina y el Caribe, los principales temas a considerar sobre migración y remesas están conectados con las tendencias existentes que han ocurrido desde 2019. Los nicaragüenses estarán expuestos a una situación de vulnerabilidad, condición que afectará su capacidad de movilidad social, e incluso de envío de dinero.
La urgencia de realizar un cambio político en Nicaragua, como resultado de la presión externa y la recuperación del espacio cívico nacional, va más allá de sacar a la dictadura Ortega-Murillo del poder.