WASHINGTON – Negociadores del cambio climático se reunieron en Marrakech, Marruecos, este mes para discutir cómo convertir el Acuerdo de París en acciones concretas. Firmado por casi 200 países en diciembre de 2015, el compromiso entró en vigor el 4 de noviembre de este año. Sin embargo, persisten dudas sobre cómo cada país puede transformar su economía para utilizar únicamente energía de cero carbono, la meta que, según expertos, es necesaria para evitar las consecuencias más peligrosas del cambio climático en las próximas décadas.
Hay cada vez más pruebas de que los efectos del cambio climático ya están sucediendo. Los últimos cinco años fueron los más calientes desde que se lleva registro, según la Organización Meteorológica Mundial. El derretimiento de glaciares, hielos terrestres y el ascenso de las temperaturas del agua marina han acelerado el aumento del nivel del mar alrededor del mundo, poniendo a cientos de millones de personas que viven en zonas bajas en riesgo de inundación.
Al derretirse los glaciares, millones de personas que dependen de los ríos que estos glaciares alimentan quedan en riesgo de perder su principal fuente de agua. El aumento de las temperaturas también conlleva un incremento en la frecuencia, intensidad y duración de fenómenos meteorológicos extremos como tormentas, sequías y olas de calor. El calentamiento global puede destruir la agricultura, la ganadería en vastas regiones del planeta, pero también millones de hogares e infraestructura, poniendo en riesgo desde la seguridad alimentaria hasta el abastecimiento energético.