Pese a los argumentos de sus críticos, las pruebas de logros académicos pueden jugar un rol crucial en el mejoramiento de la enseñanza y el aprendizaje y, de hecho, lo hacen. Los estados de los Estados Unidos de Norteamérica que han asumido seriamente la tarea de elevar los estándares y el logro escolar están desarrollando y aplicando pruebas nuevas y más desafiantes. Estas pruebas promueven una mejor enseñanza y proporcionan información esencial sobre el desempeño estudiantil, que ayuda a todos los miembros de un sistema a mejorar. Los estados tienen que confrontar fuertes desafíos para garantizar que sus estándares y sus pruebas sean tan buenos como deben ser, pero la manera en que esto se podrá lograr es mejorando las pruebas, no eliminándolas o postponiéndolas hasta que sean perfectas.