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Colombia ha sido ejemplar en la apuesta por una transformación económica verde. El país ha definido como prioridad tener un crecimiento más sostenible y justo impulsado por sectores estratégicos como la energía y el transporte limpios, y la agricultura y la ganadería sostenibles. Las autoridades ambientales locales siguen desempeñando un rol crítico en la consecución de estos objetivos, liderando en materia de conservación de la biodiversidad e impulsando agendas globales de transición energética y cambio climático a nivel local. Para reconocer sus esfuerzos y escuchar más sobre los retos y logros de la agenda ambiental local en Colombia, el Diálogo Interamericano reunió a cinco figuras locales para discutir sus planes y ambiciones.
Al comenzar la mesa redonda, la moderadora Daniela Stevens, directora del Programa de Transición Energética y Clima del Diálogo Interamericano, invitó a los panelistas a dar un breve resumen de sus metas y retos principales.
Los dos gobernadores electos en la mesa presentaron argumentos similares, que en muchos casos la gran riqueza natural de sus departamentos no alcanza a los ciudadanos que la necesitan. Ambos afirmaron que sus departamentos son zonas de altísima biodiversidad, pero a la vez áreas con pobreza endémica. Por su parte, la gobernadora electa de Chocó, Nubia Carolina Córdoba, mencionó que Chocó es un departamento megadiverso con cinco subregiones con distintos ecosistemas. El gobernador electo de Nariño, Luis Alfonso Escobar, igualmente destacó que su departamento es tanto andino como amazónico y la fuente de agua para gran parte de Colombia. A pesar de tantos recursos biológicos, ambos departamentos están entre los más desfavorecidos de Colombia.
Ante estas circunstancias, los dos afirmaron que el modelo de desarrollo predominante es inadecuado. Escobar identificó que el presente modelo extractivo perjudica a las comunidades al despojarlas de los beneficios de su tierra. Específicamente, identificó que, bajo las condiciones actuales en Colombia, dónde hay más valor ecosistémico, hay más desigualdad social. Córdoba coincidió, citando como evidencia la realidad de que gran parte de Chocó carece de servicios básicos, como agua potable y energía.
En consecuencia, ambos propusieron implementar un nuevo modelo de desarrollo basado en la comunidad y encaminado al enriquecimiento de la misma. Córdoba insistió en que la conservación de la biodiversidad de la región puede beneficiar a las generaciones futuras de Chocó tanto o más que la extracción de recursos. Escobar coincidió y planteó la idea de comunidades energéticas, o que los beneficios del desarrollo, como energía, sirvan no solo para proveer luz y el agua, sino para conectar aún más la población para que alcancen mejores oportunidades, como educación y trabajo bien remunerado.
A continuación, representantes de las corporaciones autónomas regionales para el desarrollo sostenible expusieron sus ideas y visiones para sus departamentos. Todos destacaron la amplia biodiversidad que existe en cada departamento. Sin embargo, cada uno también admitió que actividades como la minería (tanto legal como ilegal) y la contaminación del agua amenazan la salud de los ecosistemas de sus departamentos.
En respuesta, los representantes se centraron en tres metas principales: primero, aumentar la conservación de los ecosistemas; segundo, fomentar el negocio verde; y tercero, promover la educación ambiental.
En cuanto a la protección de la biodiversidad, Vanessa Paredes Zúñiga, directora de la Corporación para el Desarrollo Sostenible de Urabá (Corpourabá), destacó los arrecifes de coral en Antioquia (los únicos en el país), y las cuatro especies de tortugas marinas únicas en Colombia como objetivos de sus esfuerzos de protección. También los representantes comentaron la dificultad de hacer negocios verdes, ante lo que Gregorio Angarita, director de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), enfatizó su compromiso de facilitar el proceso empresarial. Finalmente, todos reconocieron la importancia de la educación ambiental. Juan Carlos Reyes Nova, director de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB), subrayó que la «educación ambiental» no solo significa promover conocimiento de la importancia del medioambiente entre jóvenes, sino acortar distancias entre conocimiento ancestral y tradicional entre los grupos que ocupan la tierra y el conocimiento científico occidental. Reyes considera que estas distintas maneras de saber vayan de la mano para poder mejorar las condiciones ambientales en Colombia.
En la sección de preguntas y respuestas, la moderadora preguntó a los gobernadores electos qué se puede hacer para impulsar la transición económica hacia un modelo más sostenible en sus departamentos. En primer lugar, ambos citaron que actividades ilegales dominan en muchas zonas y que han reemplazado el papel del Estado. Al ser ilegales, estas actividades carecen de normas que impidan la contaminación. Además, mucha gente acepta trabajar en esta economía ilegal porque les ofrece ingresos necesarios para sobrevivir, más que lo que ofrecerían modelos agrícolas tradicionales. La clave, como señaló la gobernadora electa Córdoba, es impulsar una transición y utilizar el poder del Estado, no sólo para perseguir a los actores ilegales, sino también para cuidar de la naturaleza, ofreciendo nuevos modelos de trabajo legales y sostenibles. En las palabras de la gobernadora, se trata de «cambiar el paradigma dominante» y generar actividad económica alternativa. A ello, el gobernador electo Escobar añadió que sustituir actividades de manera desorganizada no sería adecuado. La transición necesita una respuesta institucionalizada, con inversión gubernamental focalizada y con objetivos claros.
Paredes y Reyes concordaron con la necesidad de más acción formal para lograr sus metas de economía verde. Paredes destacó el papel que Corpourabá podría desempeñar en la construcción de infraestructura para promover actividades económicas más sostenibles. Se centró en el turismo y explicó que existe una rica herencia artesanal en su departamento, Antioquia. Para evitar que los artesanos se dediquen a actividades destructivas, Paredes planteó las medidas que, con mayor apoyo nacional e internacional, Corpourabá podría tomar para fomentar la comercialización de sus artesanías tanto al nivel nacional como internacional. Por ejemplo, explicó que existen productos cosméticos derivados del maracuyá elaborados por artesanos locales que su corporación puede ayudar a visibilizar en el mercado. Enfatizó que la prioridad de Corpourabá es dar reconocimiento a los artesanos y comercializar su industria tradicional.
Igualmente, Reyes afirmó que la meta de CMDB también es vincular a los campesinos en su departamento a proyectos agroforestales para que aprendan nuevas técnicas que mejoren la salud del medio ambiente. Reyes mencionó ejemplos que tratan de eliminar el monocultivo en las fincas rurales y agregar especies complementarias para mejorar la nutrición del suelo y la fijación de los cultivos. En su opinión, CMDB puede hacer el mayor cambio educando a la población rural para que evite prácticas contaminantes.
Finalmente, Angarita coincidió con los panelistas y añadió que, en la cooperación internacional, cambiar el comportamiento humano y del estado es esencial. Como ejemplo, relató su experiencia en la gestión del agua contaminada en el Río Arauca en la frontera con Venezuela. Su corporación colaboró con el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional para instalar plantas depuradoras e inculcar mejores prácticas de uso compartido de recursos entre los habitantes de la zona para reflexionar que se comparten los recursos con Venezuela. También ha colaborado con autoridades venezolanas para poner fin a la quema de basura en Venezuela que producía humos tóxicos en Santander. Terminó su intervención afirmando que es necesario un comportamiento humano más sensato, complementado con liderazgo institucional.