Can Spain Solve the Cuba Problem?
By all accounts, Spain wants to bring change to the European Union’s Cuba policy. In so doing, it is tackling a foreign policy challenge that often sheds more heat than light.
Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, conversó con CNN en Español sobre la Novena Cumbre de las Américas y el estado disfuncional de la política hemisférica.
Pregunta (P): ¿Por qué cree que ha sido tan difícil tener al menos un diálogo medianamente sensato y simplemente ponerse de acuerdo en puntos en común que sí existen en la región?
Respuesta (R): "La región está profundamente dividida. Ya, desde hace varios años, entornó fundamentalmente temas políticos, ideológicos, y ni siquiera en los momentos tan complejos y tan difíciles que vivió la región durante la pandemia lograron superar esas diferencias. Entonces cuando tenés una región como América Latina, que fue la más golpeada por la pandemia, con tres miembros de la región en el G20 y ni siquiera fuimos capaces de llevar una voz colectiva al G20, pues será lógico esperar que la Cumbre de las Américas iba también a reflejar esas profundas diferencias".
(P): Se siente que no hay diálogo en la región a pesar de tener muchas cosas en común. Se siente una gran ausencia de liderazgo también de la región. ¿Cree que América Latina ha perdido relevancia entre la política mundial?
(R): "Sin lugar a dudas. No solamente cuando lo analizamos por el peso relativo de producto interno bruto en nuestra región. Llegamos a ser el ocho por ciento del PIB mundial, debemos andar por el cinco por ciento, posiblemente caiga más con la crisis que se viene, o digamos la crisis adicional que está generando todo el tema de la inflación y el alto costo de materias primas por la guerra en Ucrania, pero sino también por razones políticas, porque, de nuevo, América Latina dejó de actuar colectivamente. Dejó de hablar con una sóla voz. Cada país va por su lado buscando sus propios resultados. Entonces en el escenario internacional nos hemos desdibujado. La Cumbre de las Américas, el mensaje que manda al resto del mundo, es que efectivamente no hay una América. Aquí lo que hay es una especie de collage de interéses con aproximaciones muy diversas a los distintos problemas".
(P): En el año 2001 se dió la propuesta a la Carta Democrática Interamericana. Estamos hablando ahora más de veinte años, veintiún años, después de esta carta con tres grandes ausencias que tienen que ver con la democracia: hablando de Cuba, hablando de Nicaragua y de Venezuela. ¿Hay cabida en esta cumbre para hablar de la democracia y qué tanto efectua la ausencia de estos tres países a la relevancia de esta cumbre al nivel global?
(R): "De la democracia deberíamos estar hablando de una manera muy cotidiana. No sólo es un problema de gobernantes, es también un problema de los ciudadanos. A mí me encanta ver que de alguna manera las sociedades civíles están lavando la cara a esta cumbre porque tenemos una gran presencia de ciudadanos de toda la región y particularmente ciudadanos de esas dictaduras que se han hecho presentes en defensa de la democracia. Ahora, recordemos que de alguna manera Presidente Biden trató de individualizar el tratamiento de la democracia con una cumbre de la democracia hace apenas unos meses. Si bien eso fue su mensaje para el mundo y para la región, me parece que generó algunas secuelas que las estamos viviendo hoy. En esa cumbre se excluyeron Bolivia, Guatemala y El Salvador: un poco controversial porque en esos países siguen habiendo elecciones. La exclusión de Venezuela, de Cuba y de Nicaragua era comprensible. Yo creo que de alguna manera esto está explicando el porqué aquí hoy Bolivia, Guatemala y El Salvador se sumaron a las ausencias que estamos viendo".
[…]
By all accounts, Spain wants to bring change to the European Union’s Cuba policy. In so doing, it is tackling a foreign policy challenge that often sheds more heat than light.
When Haiti was struck by a devastating earthquake, the administration of U.S. President Barack Obama quickly absorbed the depth of the tragedy and necessity of a robust U.S. response. Unless the U.S. adopts a proactive role, Haiti’s fragmented political landscape threatens to deteriorate into a political vacuum that will compound the current crisis.
Politics is swirling everywhere. Such are the ways of democracies, especially when oppositions come alive and defeat or threaten incumbents.