Afrodescendientes: La lucha por la igualdad en América Latina
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El 26 de marzo del 2021, el Diálogo Interamericano organizó el evento en línea “Afrodescendientes: La lucha por la igualdad en América Latina” en colaboración con la Fundación Interamericana (IAF, por sus siglas en inglés). Paloma Adams-Allen, presidenta y directora ejecutiva de la IAF, comenzó con unas palabras de apertura e introdujo al congresista Gregory W. Meeks (D-NY-5), presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, quien ofreció comentarios de apertura. Michael Shifter ejerció como moderador del panel, el cual incluyó a Judith Morrison, asesora principal para el desarrollo social en la división de género y diversidad en el Banco Interamericano de Desarrollo; Paula Moreno, presidenta de Manos Visibles y exministra de cultura de Colombia; Marco Antonio Ramírez, presidente de Ashanti Perú – Red Peruana de Jóvenes Afrodescendientes; y María Sylvia de Oliveira, presidenta de GELEDÉS Instituto da Mulher Negra. Los participantes se enfocaron en abordar los desafíos del Covid-19 y las oportunidades de los afrodescendientes en la región, entre ellos el acceso a educación superior, cargos públicos, posiciones de liderazgo en corporaciones, oportunidades económicas, empleo formal, agua limpia y servicios de salud de calidad.
El congresista Meeks destacó las consecuencias interconectadas de América Latina y sus comunidades afrodescendientes, afirmando que “cuándo empoderamos [a estas comunidades] y eliminamos desigualdades raciales y étnicas, se contribuye al desarrollo de economías más fuertes y sociedades más justas”. Meeks también ligó este tema de la interconectividad a las relaciones hemisféricas. Explicó que la región se informa a la vez por “una historia y un legado común” y un compromiso a “la libertad, la igualdad, la representación y la prosperidad”. Describió la oportunidad de la administración Biden de conseguir una política hemisférica más inclusiva –aprovechando la cooperación con socios extranjeros e incluyendo las voces y necesidades de los afrodescendientes. La igualdad de oportunidades para los afrodescendientes promete no solo su propio empoderamiento, sino también mejores resultados para toda la región.
Morrison presentó un resumen basado en datos sobre el estado de las comunidades afrodescendientes, las cuales constituyen entre el 20 y el 30 por ciento de la población latinoamericana. A pesar de altos niveles de pobreza, la tasa de pobreza extrema entre los afrodescendientes disminuyó en los años previos a la pandemia. Se ha logrado también un progreso significativo en las áreas de acceso a la educación y de resultados educacionales. Aún con estos avances educativos, el acceso a posiciones de liderazgo en el sector privado queda atrás. Morrison recalcó estadísticas de los países en que existen datos longitudinales sobre la población afrodescendiente que permiten las comparaciones a lo largo del tiempo. En Brasil, por ejemplo, la proporción de supervisores y gerentes afrodescendientes (el 26 y el 6 por ciento respectivamente) no alcanza la mayoría negra de la población brasileña. Otras preocupaciones incluyen el número de afrodescendientes fuera del sector laboral formal y la falta de buenos datos sobre el impacto de Covid-19 diferenciados por raza e identidad étnica. Los factores que contribuyen al impacto desproporcionado de la pandemia para los afrodescendientes incluyen la falta de formalidad en el empleo y su considerable participación en el trabajo de primera línea.
Moreno reconoció el progreso que se ha logrado, enfatizando la fortificación de organizaciones que abogan por los derechos de los afrodescendientes, la formación de nuevos asociados y organizaciones y el aumento de representación gubernamental, dada su posición como la primera ministra colombiana negra. A pesar de esto, las condiciones no han mejorado para la mayoría de los afrodescendientes, una realidad empeorada por los efectos de la pandemia. Moreno expresó que este progreso necesita ser “más natural y no tan excepcional”. Ella concluyó y afirmó que el empoderamiento de los afrodescendientes tiene que ser multifacético, ya sea en los ámbitos del gobierno, del sector privado, de las comunicaciones o de la tecnología.
Ramírez comparó la falta de acceso a la educación durante la pandemia del Covid-19 a las desigualdades preexistentes en los resultados educacionales. Cubrió la exclusión de afrodescendientes de decisiones políticas alrededor del Covid, que ha resultado en políticas no equitativas. La política eficaz requiere que, “los jóvenes y los jóvenes afrodescendientes [sean] actores activos de las políticas públicas y no solo beneficiarios”. Por último, discutió la importancia de la representación para inspirar a la juventud afrodescendiente y visibilizar a las poblaciones afrodescendientes.
De Oliveira ofreció un resumen del trabajo pendiente para empoderar a los afrobrasileños. Su organización GELEDÉS ha estado involucrada en los avances en la educación y la representación política de las mujeres negras. No obstante, Covid-19 ha destacado las desigualdades que previenen a los afrobrasileños protegerse contra el virus, resultando en tasas más altas de mortalidad y de desempleo. Las mujeres y niñas negras son las más afectadas, enfrentando tasas más elevadas de violencia doméstica, problemas de salud mental y física, desempleo y ausencia escolar. De Oliveira destacó que Covid-19 empeorará el acceso a la educación de los afrobrasileños, cuyo acceso digital es relativamente bajo. De Oliveira agradeció el apoyo de la IAF y de los afroamericanos en sus esfuerzos para promover la igualdad y comentó la solidaridad demostrada por el congresista Meeks en su presentación.