Los países de América Latina enfrentan un desafío de importancia estratégica: extender la conectividad significativa con fines educativos a lo largo y ancho del territorio. Zonas de baja densidad poblacional, distantes de centros urbanos o aisladas debido a su geografía, presentan tasas de cobertura y uso de internet extremadamente bajas. La virtualidad forzosa durante la pandemia puso de manifiesto las brechas significativas que enfrentan un conjunto importante de hogares y de escuelas y, en consecuencia, la relevancia de disponer de conectividad significativa— con velocidad apropiada y regular, suficientes datos y acceso a dispositivos asequibles— con fines educativos.
Asegurar la conectividad significativa con fines educativos requiere encontrar soluciones creativas y flexibles, impulsando paquetes de respuestas que extiendan un servicio de calidad de manera rápida y económicamente viable. La tecnología para hacerlo ya existe, por lo que lograr este objetivo requiere garantizar el financiamiento y las condiciones regulatorias e institucionales apropiadas para que el sector privado, las comunidades y los usuarios desarrollen las inversiones necesarias complementando las inversiones asumidas por el Estado.
Este llamado a la acción es el resultado de una iniciativa conjunta de líderes de los sectores público y privado, como así también de múltiples actores de la sociedad civil que han respondido a la convocatoria del Diálogo Interamericano a un Grupo de Trabajo sobre Conectividad Educativa en asociación con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial.
Se proponen cuatro líneas de acción que todos los países deben seguir de forma sistemática para impulsar la expansión de la conectividad significativa con fines educativos:
La inversión privada debe cumplir un rol importante en la expansión de conectividad educativa en zonas complejas. Con este objetivo es esencial crear condiciones regulatorias e incentivos consistentes para facilitar el proceso de inversión y modelos de negocio sostenibles.
La inversión pública es y debe ser un componente esencial de cualquier estrategia para extender la cobertura de internet con fines educativos a las poblaciones rurales. El desafío, sin embargo, no es solo movilizar los recursos necesarios sino también que su asignación contribuya a impulsar la inversión privada y maximice la provisión de conectividad significativa.
Las soluciones tecnológicas para conectar a las zonas rurales, en el estado actual del desarrollo tecnológico, deben incluir un conjunto de opciones tanto en el corto como en el mediano y largo plazo.
El estado debe desarrollar estrategias nacionales de largo plazo en las que el objetivo de garantizar conectividad significativa para usos educativos en zonas rurales (en escuelas y en hogares) esté debidamente incorporado en los instrumentos de planificación y/o de políticas públicas de los Estados, de manera que las acciones de parte de diversos agentes del estado estén efectivamente coordinadas.
A medida que los países de Latinoamérica revalúen sus políticas energéticas a la luz de los bajos precios del petróleo, habrá una oportunidad para aplicar las lecciones aprendidas por la experiencia de los Estados Unidos para promulgar regulaciones que mitiguen los riesgos ambientales, fortalezcan el apoyo del público y atraigan inversiones.
El 13 de agosto, el programa de Educación del Diálogo Interamericano, Early Childhood Development Action Network (ECDAN), UNICEF y United Way convocaron un seminario virtual sobre el rol del sector privado en el desarrollo de la primera infancia en América Latina.
El Comité para la Expansión de la Conectividad del Grupo de Trabajo en Tecnología e Innovación, convocado por Dialogo Interamericano, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, presenta su primer informe sobre los desafíos estratégicos para la agenda de conectividad educativa en la región.