No es casual que el presidente de Irán visite Nicaragua, y en la región también Cuba y Venezuela, porque deja en absoluta evidencia que Nicaragua hoy en el mundo se relaciona con dictadores. Este es el club al cual Nicaragua quiere y puede pertenecer porque, notablemente, en el caso nicaragüense, ha sido tan burda la arremetida en contra de todo el que piensa distinto, que es un caso bastante excepcional en la región en el cual gobiernos de distintas ideologías han unido su crítica a lo que está ocurriendo en Nicaragua. Es, de todas formas, importante que exista una respuesta regional concertada mucho más coherente y fuerte con relación a la situación en Nicaragua, pero el solo hecho de que tantas voces en la región se hayan pronunciado cuestionando lo que ocurre en el país, termina dejando a Nicaragua en este club de dictadores.