El mercado es inherentemente incapaz de discriminar entre gobiernos democráticos y no democráticos […] Es una cuestión que ha sido muy importante en el contexto de la inversión en América Latina. Hemos visto instituciones democráticas amenazadas por gobiernos de izquierda y de derecha en una variedad de países como Bolivia, Brasil, El Salvador, México, Venezuela. En todos estos casos, el apoyo financiero siguió llegando, incluso de Wall Street.