La cosa podría ponerse fea, hay un riesgo de que se pierda control. Podríamos imaginar una ruptura del NAFTA y trabas en la cooperación sobre migración y seguridad, lo que podría generar un nuevo flujo de migrantes centroamericanos a EEUU si México decide abrir sus fronteras. Ambos países sufrirían problemas económicos y EEUU podría desangrar empleos y registrar un aumento en precios al consumidor.