Es necesario ir más lejos, porque las desigualdades están en la propia raíz histórica de todos los países del continente. No es un fenómeno chileno únicamente. Los reclamos de estos días, si tienen que ver con corrupción e inseguridad, dos otras lacras que se comparten por doquier en las naciones del área, tampoco son ellas el epicentro del malestar colectivo.