Maduro y Ortega han reprimido los esfuerzos de la oposición por desafiar su autoridad y han logrado mantener apoyo de un segmento de la población a través de privilegios, sobornos, amenazas y falsas acusaciones. Oposiciones débiles y fracturadas, carentes de liderazgo y estrategia política clara, han facilitado que se mantengan en el poder.