Trump es muy impulsivo y rara vez piensa en las consecuencias de sus duras palabras. Por lo general, recae sobre otros miembros de su administración y del Congreso el minimizar el daño de sus declaraciones y asegurarse de que la relación no se dañe.
Trump es muy impulsivo y rara vez piensa en las consecuencias de sus duras palabras. Por lo general, recae sobre otros miembros de su administración y del Congreso el minimizar el daño de sus declaraciones y asegurarse de que la relación no se dañe.