No es sorprendente que la decisión del gobierno de Fernández de intervenir en Vicentin haya generado preocupación en el sector privado. La medida parece recordar lo que sucedió bajo la administración de Cristina Fernández de Kirchner y solo fortalecerá la percepción de que, como vicepresidenta, ella es el verdadero poder en este gobierno. La decisión refuerza la preocupación familiar de la inseguridad jurídica en Argentina y no inspirará la confianza de los inversores en el país.