Se proyectó una fuerte caída [de las remesas enviadas desde Estados Unidos] en el primer trimestre. Fue del diez por ciento. En el segundo trimestre la caída va a ser más severa. Va a llegar hasta un 20 por ciento porque la tasa de desempleo de los latinos migrantes es del 20 por ciento. [Está] más pronunciada en el trabajo doméstico en donde llega a un 40 por ciento y un 26 por ciento en la industria hotelera. A los migrantes les ha costado mucho enviar dinero (…) pero hay una posibilidad de que el trabajo de los migrantes se pueda recuperar gradualmente.