El rol de la Unasur en asuntos sudamericanos ha disminuido fuertemente desde 2013, y ahora está al borde del colapso. Ha sido incapaz de hacer algo serio con respecto a la crisis venezolana, y se ha visto marginada al querer tratar cualquier tema en Sudamérica. La región hoy no tiene liderazgo, sus países están focalizados en temas domésticos, las economías están tambaleando o peor, y la corrupción ha penetrado casi en todas partes. La única perspectiva real para la integración es en el frente económico, pero requerirá un liderazgo genuino de México y Brasil y la unión de la Alianza del Pacífico y el Mercosur. Algo improbable, por algún tiempo.