La situación en Venezuela es desesperada y está empeorando, por lo que el número de refugiados crecerá. En segundo lugar, la capacidad de los países vecinos para absorber a los refugiados es limitada. No cuentan con los recursos, la organización, las instalaciones de atención médica para proporcionar mucho más que un mínimo apoyo a los inmigrantes pobres; muchos padecen desnutrición, hambre y mala salud. Entonces, urge una respuesta rápida y que cuente con la ayuda del mundo desarrollado y las instituciones internacionales.