Vale la pena recordar que Venezuela era posiblemente el país latinoamericano más influyente en la OEA, por sus aliados del ALBA y los beneficiarios de la diplomacia petrolera. Ahora una simple mayoría estaba lista para expulsarla. Venezuela se fue aislando. Sin Chávez y sin los ingresos del petróleo, perdió la fuerza que tenía en asuntos regionales.