[Tras lo sucedido el sábado, a Guaidó le quedó claro que] Maduro mantiene el control de por lo menos un sector significativo de las fuerzas militares y paramilitares –algunos de ellos, además, están dispuestos a disparar contra civiles inocentes– y que el esfuerzo para destronarlo a través de un aumento de la presión económica, diplomática y protestas callejeras no ha sido tan rápido y contundente como esperaban. Si el plan B de Guaidó y Borges era una intervención militar, la reunión del Grupo de Lima les echó un baldado de agua fría, por lo menos por ahora.

Subscribe To
Latin America Advisors

* indicates required field

The Inter-American Dialogue Education Program

SUBSCRIBE TO OUR NEWSLETTER / SUSCRÍBASE A NUESTRO BOLETÍN:

* indicates required