Diversas vías están adoptando algunas empresas en Sudamérica para, trascendiendo su ámbito de negocios, canalizar aportes a la sociedad en el ámbito educativo. En esta edición se presentan algunos ejemplos en Argentina, Chile y Colombia.
La Fundación Arcor en Argentina, por ejemplo, administra fondos que pone a disposición de proyectos educativos seleccionados mediante concurso; en tanto que la Fundación YPF, en el mismo país, destina recursos a proyectos para la innovación en la enseñanza y para la reinserción escolar de los jóvenes, así como para contribuir a la formación de la masa profesional del país a través de becas de grado y postgrado.
En el caso de Fundación Educacional Arauco de Chile, la empresa prioriza el mejoramiento de la educación en las escuelas cercanas a las áreas donde realiza sus actividades productivas, pero sistematiza y difunde sus aprendizajes para poder traspasarlos a otras empresas interesadas en apoyar la educación.
En Colombia, la experiencia de Fundación Corona muestra que las empresas, además de colaborar en programas concretos de mejoramiento de la educación, pueden ejercer un papel importante en el debate sobre el sistema educativo y las reformas necesarias. Finalmente, el proyecto Líderes Siglo XXI, impulsado por el Foro de Presidentes de la Cámara d Comercio de Bogotá, resulta de gran interés por su propuesta de poner a trabajar en pareja a empresas e instituciones escolares en busca del mejoramiento educativo.