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Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, habló con Expediente Público sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el manejo de la pandemia del Covid-19 en el país, las movilizaciones sociales contra el racismo y los abusos policiales y los eventuales desenlaces que esto podría tener en los comicios de noviembre.
Pregunta (P): En Estados Unidos para que un candidato presidencial alcance la Casa Blanca, requiere ganar 270 votos electorales. En su opinión, ¿Trump o Biden lograrán conseguir esa cifra de votos electorales? ¿En cuáles de los 50 estados y el Distrito de Columbia cree que se librará la batalla final electoral y por qué?
Respuesta (R): El sistema electoral en Estados Unidos es raro y nadie lo entiende, porque hemos visto que muchos candidatos pueden perder el voto popular; sin embargo, ganar el Colegio Electoral, llegar a 270 votos es la única manera que ganaría Trump en 2020, es lo que pasó en 2016 y ni el mismo Trump cree que puede tener mayor voto popular que Joe Biden. Ese sistema es un poco perverso a mi juicio, pero así funciona, son las reglas, y la gente tiene que ganar dentro de ese marco muy particular que tiene Estados Unidos. Entonces hay alrededor de 6 estados que son claves y que van a inclinar la balanza en esta elección, Florida es uno de ellos, también Carolina del Norte, Pennsylvania, Wisconsin, Michigan y Arizona. Esos son los 6 estados claves. Hay otros como California que todo mundo sabe que van a votar por Biden, igual que Nueva York. Texas puede ser un poco más reñida, pero los especialistas creen que Trump va a ganar ahí, y muchos estados sureños también van con Trump. En este momento Biden lleva ventaja en todos los estados, pero en algunos como en Florida y Carolina del Norte, el margen es muy estrecho. Este es un poco el panorama en vísperas del día de las elecciones, el tres de noviembre.
P: Realmente, ¿estamos frente a la posibilidad de un escenario inédito en la historia electoral de Estados Unidos, de que un candidato se declare ganador antes de los resultados finales y que eso provoque un contexto bien complejo?
R: Todo ha sido inédito con este gobierno y con este presidente. Todo es nuevo. Los parámetros tradicionales de la política estadounidense ya han sido totalmente rotos, entonces eso es un ejemplo más, pero sí es preocupante. Hay mucha gente con mucho temor, además un dato muy importante de subrayar, es que no solamente el país está polarizado. La mitad del país cree que si el otro gana, ya se acaba el país; y la otra dice lo mismo. Las pasiones son intensas, y muy fuertes. Hasta hay gente que opina, pero que no comparto, que está hablando de una posible guerra civil porque las divisiones son muy agudas y esto no se va a superar con el resultado. Gane quien gane. Yo creo, que un punto importante es que si se define un ganador, al final esto no resuelve el problema de que Estados Unidos está en medio de una situación en donde hay tendencias fundamentales polarizantes, que no se van a resolver y superar por el resultado de las elecciones del tres de noviembre.
P: ¿Cree que el hecho de que se anunciara que el presidente Donald Trump sufrió de COVID-19 y superó la enfermedad a los pocos días, luciendo fuerte y vigoroso, generará mayor empatía con él, con su candidatura? ¿Cambiará ese resultado electoral que usted juzga favorable a Biden?
R: La contracción del Covid-19 por parte del presidente Trump no fue inesperada porque tomó pocas precauciones, como el uso de máscaras y el distanciamiento social, en consonancia con las pautas de su propia administración.
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