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Un programa de ‘inclusión financiera’, efectuado durante seis meses entre unos 10,000 clientes y usuarios del Banpro Grupo Promérica, elevó en un punto el porcentaje (pasó del 20% al 21%) de la población mayor de quince años que tiene una cuenta bancaria, y generó un ahorro de US$960,000.
Los resultados fueron tan buenos, que el CEO y director del Banpro, Luis Rivas, prometió convertir el programa de inclusión financiera en una política corporativa de esa entidad, mientras que Manuel Orozco, director del Diálogo Interamericano, abogó por que el Estado lo convierta en una política pública que beneficie a más ciudadanos.
Los logros del programa fueron ofrecidos por Rivas y por Orozco, cuyas entidades lo impulsaron junto con la Alianza para las Migraciones en Centroamérica y México.
Iniciado en febrero pasado, el programa estuvo a cargo de un grupo de ejecutivas financieras, trabajando en diez sucursales de ese banco en Managua y Bluefields, las que fueron seleccionadas en virtud del número de operaciones que ejecutan y de remesas que pagan.
Después de hablar con 10,626 clientes, se logró que la quinta parte de ellos abriera una cuenta y comenzara a ahorrar a un ritmo mensual promedio de US$160,000 lo que es un reflejo del hecho de que en Nicaragua hay 900,000 hogares que reciben remesas. La mitad tiene una capacidad de ahorro promedio de US$600, lo que suma más de US$300 millones anuales.
El problema es que la gente normalmente no ahorra, y cuando lo hace, no ahorra mucho, o no lo guarda en un banco, sino que prefiere utilizar algún método informal, como esconderlo debajo de un colchón o dentro de un tarro de cocina.
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