This post is also available in: English
A pesar de sus diferencias en casi todo lo demás, el presidente Barack Obama y el gobernador de Texas Rick Perry están de acuerdo en que la migración ilegal a los Estados Unidos de más de 50.000 niños centroamericanos constituye una crisis humanitaria. Algunos miembros del Congreso y jefes militares estadounidenses etiquetan el hecho como una crisis de seguridad. Comoquiera que se llame, es una emergencia que requiere atención inmediata.