La migración de Nicaragua hacia Costa Rica no es algo sin precedente. De hecho, en los últimos cincuenta años, hay seis ciclos migratorios que han marcado las llegadas de nicaragüenses a la tierra costarricense. El último ciclo empezó en 2018 con una crisis política que sigue hasta el día. Los datos muestran que la migración creció en 100,000 personas entre 2017 y 2021. Pero ¿cómo es la vida que encuentran los migrantes en Costa Rica? ¿Cuáles son los obstáculos que enfrentan para integrarse y cómo les sigue afectando haber salido de Nicaragua durante una crisis política, comparado con los otros ciclos?
Este informe presenta los resultados de un estudio comparativo sobre nicaragüenses que llegaron a Costa Rica antes y después del periodo de la crisis política de abril 2018. El análisis muestra tendencias de acuerdo con las causas de su migración, la incorporación e integración, el vínculo con Nicaragua y perspectivas hacia el futuro.
MENSAJES CLAVE:
- Comparados con los que llegaron antes del 2018, un mayor porcentaje de los que emigraron después de la crisis dicen que volverán a Nicaragua.
- No hay diferencias entre cómo sienten que han sido recibidos los que emigraron antes y después de la crisis, pero los que llevan más tiempo hacen mayor uso del sistema de servicios públicos.
- Los niveles de ingreso no aumentan con más tiempo en el país y los nicaragüenses trabajan en ocupaciones predominantemente de baja calificación y con poca movilidad laboral.
- Tres cuartos de los inmigrantes no poseen ahorro y solamente un tercio tiene una cuenta bancaria.
- En general, usando tres criterios mínimos de estabilidad o integración, menos del 15 por ciento muestran ser integrados y la mayoría exhiben una situación de precariedad.
- A pesar de su precariedad, mantienen fuertes vínculos con Nicaragua a través del envío de remesas y por mantenerse en contacto con familiares y fuentes de información sobre la situación en Nicaragua.