This post is also available in: Português Español
Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, habló con EL TIEMPO sobre lo que dejó la visita de Obama a Cuba.
Por qué cree usted que el presidente estadounidense, Barack Obama, no tocó el tema de los prisioneros políticos en el discurso en el Gran Teatro de La Habana?
Creo que Obama intentó lograr un equilibrio al hablar de la importancia de principios como los derechos humanos y la democracia, sin intervenir en asuntos o políticas internas cubanas. Quería ser respetuoso, pero también deseaba dejar muy claro su compromiso y recalcar la importancia de tener una sociedad libre y abierta, que pueda disfrutar de derechos fundamentales. Fue muy claro en eso. Ahora, en estos temas como el de Cuba, tan controversiales, hay gente que va a decir que no hizo lo suficiente no mencionando a esos presos políticos. Y otros, tal vez en el Gobierno cubano, van a decir que dijo ya demasiado.
¿Cómo cree usted que reciben las autoridades cubanas tantos comentarios sobre un problema como el de los presos políticos, del que no prefieren hablar?
Creo que es importante que haya habido una conferencia de prensa como la del lunes, es la primera vez que Raúl Castro se somete a responder preguntas y le viene una sobre este tema. Esto es un inicio, un paso muy importante.
Obviamente, ha habido cambios en la cuestión de los derechos humanos en Cuba: detienen y luego sueltan a la gente.
Hay presos políticos que son acusados por una mezcla de delitos y es una cosa muy compleja, pero hay problemas de fondo preocupantes: las violaciones a los derechos humanos y el encarcelamiento de personas por expresar lo que piensan. Es importante ventilar los problemas, conversar y creo que fue muy diciente el hecho de que Raúl Castro respondiera algo. Esto no asegura que vaya a cambiar su política y que de un día para otro se vaya a liberar a los prisioneros.