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La eliminación del TPS implicaría como consecuencia que habría un cambio en el volumen de las transferencias de remesas a El Salvador hasta en 3% o unos $150 millones, según cálculos del coordinador del Programa de desarrollo y remesas de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, quien advierte de las consecuencias económicas, sociales y psicológicas que tendrá la medida.
Orozco, citando estudios de Diálogo Interamericano, sostiene que unos 146 mil 500 salvadoreños con TPS envían dinero a El Salvador, lo que suma anualmente unos $630 millones.
“Ellos mandan un 6% más de lo que envían la mayoría o el promedio. Esto viene a ser alrededor de unos $4,300 anuales a cada hogar. El monto global de estos fondos asciende a más de US$630 millones”, explicó Orozco a Diario El Mundo. El experto señaló que 42% del ingreso total de estos hogares depende de remesas y en su mayoría son personas mayores, con una edad promedio de 58 años, y con un hogar de tres miembros.
“De hecho, el monto de remesas enviado por estos salvadoreños es superior al monto con el que creció la economía salvadoreña en el 2017 (un 2.4%)”, subraya Orozco.
Para Orozco, la disminución en el envío de remesas depende del escenario real en el que se desenvuelva la situación.
En el peor de los escenarios, “un retorno de todos los salvadoreños implicaría que El Salvador no tendrá crecimiento económico”.
Otro escenario, según Orozco, está relacionado con aquellos que decidan quedarse sin papeles.
“Determinar ese número es muy difícil porque depende de quienes busquen un ajuste de status a través de sus familiares que son ciudadanos estadounidenses, y de quienes asuman el riesgo de quedarse sin papeles”, explica.
En el primer caso, “nuestros estudios han mostrado que 25% tiene un hijo viviendo en Estados Unidos. Ante las circunstancias de tener que salir del país, estas personas tienen la opción de aplicar para el ajuste y podrían continuar su vida en Estados Unidos”, afirma.
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