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El 2 de agosto, Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo en el Diálogo Interamericano fue entrevistado por Cindy Regidor de Confidencial para el programa Esta Noche. Orozco concluyó que el régimen de Daniel Ortega se encuentra en un momento clave con la Organización de Estados Americanos (OEA). Se presentó más análisis sobre la crisis política en Nicaragua y los efectos multilaterales.
Comentarios de Manuel Orozco:
Regidor preguntó si Nicaragua seguía como prioridad para la OEA, pregunta a la cual Orozco confirmó que “en términos políticos sí, Nicaragua es una prioridad.” A la vez mencionó que esta prioridad se puede perder en los aspectos burocráticos al momento de ejecutar logísticas, incluyendo el receso en Washington y los procesos de convocación. Por en, Orozco aceptó que la Comisión, si es nombrada, sería importantísima para resolver el proceso de negociaciones de manera pacífica. La Comisión también produciría un informe describiendo “tres temas claves:” la negociación, reformas electorales y la situación de derechos humanos y constitucionales. Si Nicaragua sigue el rumbo actual del gobierno sandinista, el informe revelaría que el país aún no refleja los valores ni los principios de la Carta Democrática. Según Orozco, invocar el artículo 21 de la Carta y suspender el país “sería verdaderamente un golpe grande al sistema democrático latinoamericano…pero si Nicaragua falla, la opción existe.”
También se habló acerca de que varios senadores estadounidenses y Human Rights Watch que han pedido que se sancione a Daniel Ortega, cuestión sobre la cual Orozco comentó que a un presidente no se le puede sancionar directamente. Sin embargo, sí se le pueden afincar más avenidas de presión al presidente como sanciones a “sectores clave dentro del círculo de poder que tengan que ver con las decisiones que tome Daniel Ortega en el futuro cercano.” Al nivel de unidad regional e internacional, el NICA Act, como gestión de los Estados Unidos, podrá dar pie a implicaciones más fuertes y denunciar la represión en Nicaragua de forma multilateral.
Acerca de soluciones domésticas, Orozco afirmó que reformas electorales unilaterales no proveerían fruto para resolver la crisis porque Ortega tiene una “visión bastante monolítica del cambio político.” Una solución unilateral tendría poca efectividad por la ausencia de valores democráticos en la política nicaragüense que viene a la raíz de la corrupción sistémica y represiva donde “el presidente controla el 80% de las instituciones políticas.” Orozco también analizó que el sistema electoral nicaragüense “está viciado, responde a un cálculo político que el Frente Sandinista hizo y lo elevo constitucionalmente.” Por estas razones, cualquier propuesta unilateral estaría saturada de intereses Orteguistas. Uno de los primeros pasos para combatir la corrupción dentro del sistema electoral sería el adelanto de elecciones, siendo “esencial para resolver un problema de democracia,” según Orozco.
Dando análisis sobre el futuro de Ortega en los próximos 27 meses, Orozco dijo que él ve difícil para Ortega mantenerse en el poder por vía de la fuerza por dos razones. La primera es por causa del desgaste económico, junto a un déficit fiscal bastante substantivo que muestra pocas señales de mejoramiento. La segunda razón es porque “aún con represión, la gente está perdiendo el miedo.”
Finalmente, se preguntó sobre el futuro de los migrantes nicaragüenses de cara a esta crisis. Orozco resalta que muchos migrantes nicaragüenses decidiendo entre los Estados Unidos o Costa Rica afrontan una paradoja: en Costa Rica “no hay oportunidades de empleo, pero hay algún tipo de estatus; en Estados Unidos hay oportunidades de empleo, pero, no los están dejando entrar.” El endurecimiento de las políticas del gobierno de Donald Trump, especialmente el corto plazo, tiene consecuencias devastadoras.