This post is also available in: Português Español
Al cabo de una primera etapa de instalación de sus sistemas nacionales de evaluación del aprendizaje —durante la década de los ’90—, muchos países de América Latina se encuentran ingresando en una fase de revisión de lo realizado hasta el momento y de consideración de nuevas alternativas en este campo. Es éste, por lo tanto, un momento propicio para examinar por lo menos tres aspectos fundamentales:
- el papel de los sistemas de evaluación en la política educativa;
- la necesidad de mejorar la calidad técnica de los diversos aspectos constitutivos de los sistemas de evaluación; y
- las estrategias de uso y difusión de los resultados de las evaluaciones.
Ello requiere detenerse previamente a analizar los distintos fines para los que pueden servir diversos sistemas de evaluación, los paradigmas que los sustentan, las técnicas e instrumentos más adecuados según los fines particulares que persigue un país con sus pruebas, y la información complementaria que puede incorporarse en las mediciones para interpretar mejor los resultados del proceso educativo y los factores que los determinan.