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Los países del Triángulo Norte de Centroamérica —El Salvador, Guatemala y Honduras— son sumamente vulnerables a los efectos del cambio climático que son cada vez más severos. Estos patrones están causando una crisis humanitaria en una región que ya está asolada por la pobreza, desigualdad y violencia—una región que además tiene poca responsabilidad por el cambio climático, ya que contribuye menos del uno por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El cambio climático en el Triángulo Norte también tiene implicaciones para Estados Unidos, ya que amenaza el único medio de subsistencia y desarrollo económico para millones de personas, lo cual contribuye a la inestabilidad de la región y empeora los factores que impulsan la migración desde el Triángulo Norte hacia Estados Unidos.
Este reporte, el primero de una serie de tres publicaciones, describe los desafíos principales y ofrece recomendaciones generales para la estrategia de Estados Unidos sobre la adaptación al cambio climático en la región. Se basa en aportes del Grupo de Trabajo sobre el Cambio Climático en el Triángulo Norte, coordinado por el Diálogo Interamericano.
Recomendaciones Claves:
- El fortalecimiento de las alianzas y el aumento de la financiación directa para las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos locales pueden promover programas sostenibles a largo plazo basados en la experiencia de quienes están en la vanguardia de la adaptación climática. Los sectores críticos para la adaptación al cambio climático incluyen la agricultura y la silvicultura, el agua, la infraestructura y la financiación.
- Se debería dirigir la asistencia climática a brindar oportunidades económicas para los grupos vulnerables. Al proporcionar educación, desarrollo de habilidades, desarrollo de capacidades y capacitación relacionados con la resiliencia climática, los programas de asistencia pueden ayudar a crear oportunidades económicas para las poblaciones en riesgo, incluidos grupos indígenas y afrodescendientes, mujeres y jóvenes.
- El sector privado, incluyendo las empresas informales, debería participar en los programas y políticas de adaptación. La asistencia de Estados Unidos podría ayudar a las empresas a identificar áreas prioritarias para invertir en resiliencia, crear nuevos productos, acceder a nuevos mercados, reestructurar algunas industrias e innovar para adaptarse a los impactos del cambio climático en sus negocios.