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Antes de que el gobierno de Sánchez Serén rompiese relaciones con Taiwan en agosto de 2018, El Salvador era uno de los principales aliados de Taipei en América Latina. Esta semana, en reconocimiento de las crecientes relaciones entre El Salvador y China, el presidente Xi Jinping desplegó la alfombra roja para recibir al actual mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, quien llegó a Pekín para una visita de Estado de seis días.
El martes, ambos gobernantes firmaron una serie de acuerdos en distintos sectores y Bukele anunció que China aprobó otorgar “una gigantesca cooperación no reembolsable” a su país.
Esta ayuda servirá -según dijo- para la construcción de un estadio “nuevo, moderno y de gran capacidad”, de una nueva Biblioteca Nacional de varios pisos y de una gran planta potabilizadora de agua que servirá para tratar la mitad de las aguas servidas que actualmente se vierten en el lago de Ilopango, lo que ayudaría a “acabar con la escasez de agua en toda el Área Metropolitana de San Salvador”.
Margaret Myers, directora del programa de Asia & América Latina en el Diálogo Interamericano, comentó sobre esta visita y el acercamiento entre ambos países en esta entrevista para BBC.
Comentarios de Margaret Myers:
“Esto [la visita de Bukele a Pekín] es muy importante porqueconfirma la posición de El Salvador sobre la política de una sola China y su apoyo a Pekín en términos diplomáticos”.
“Creo que, en general, la presión que Estados Unidos ha estado poniendo en El Salvador buscaba que rompiera sus lazos con China o que limitara sus interacciones con Pekín. Esto que ha ocurrido sería, de alguna manera, una muestra de El Salvador limitando su relación con China, porque creo que ha retrocedido de forma sustancial en los planes originales”.
“Entre los acuerdos bilaterales anunciados durante el gobierno de Sánchez Cerén se incluía la creación de una gran zona de desarrollo económico que habría ocupado una parte importante del territorio de El Salvador y la renovación del puerto de La Unión, lo que preocupaba a Washington pues podía ser usado por China con fines militares y geoestratégicos”.
“Los nuevos proyectos son más parecidos a la ayuda al desarrollo. Aunque no significarán una transformación de la economía de El Salvador, sí son cosas útiles e importantes para la gente en el país centroamericano”.
“Creo que hay un intento de El Salvador y de Bukele de calmar a Estados Unidos al mismo tiempo que intentan mantener los vínculos con China e intentan sacar alguna ventaja de esa nueva relación. Sería embarazoso para ellos si no logran obtener nada de ese vínculo con China, después de haber roto los lazos con Taiwán”.
“El mandatario salvadoreño parece haber conseguido una especie de equilibrio. No creo que haya ningún tipo de respuesta negativa por parte de Estados Unidos ante este acercamiento a China”.
“El gobierno de Trump no está contento con ningún tipo de relación entre Centroamérica y China, pero esto es preferible a los acuerdos anteriores”.