Según los datos que maneja Primero Aprendo, en los países donde este proyecto está presente hay más de 2,3 millones de menores entre 5 y 17 años de edad que trabajan, lo que limita sus posibilidades de ejercer el derecho a la educación. Y si bien hay varios programas que se ocupan de este problema, se necesita avanzar con mayor voluntad política en la búsqueda de soluciones.