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El 30 de mayo, el Diálogo Interamericano presentó el evento “A un año de las protestas y ante negociaciones inciertas ¿hacia dónde se dirige Nicaragua?” El evento fue moderado por Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas, y Desarrollo del Diálogo Interamericano. Los panelistas fueron Mónica López Baltodano, activista y abogada del Articulación de Movimientos Sociales y de Sociedad Civil, Félix Maradiaga, director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, Michael Healy, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua, y Violeta Granera, directora de la Frente Amplio para la Democracia.

La discusión inició recalcando que aun y cuando la atención de Washington en este momento está enfocada en Venezuela, no se debe olvidar la crisis humanitaria y política por la que está pasando Nicaragua. Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, afirmó el compromiso sostenido de El Diálogo para buscar soluciones que guíen la salida de Nicaragua de la crisis.

El evento se realizó en el marco del trabajo del Diálogo en el tema de la crisis política en Nicaragua, enfocado en el restablecimiento de la democracia y la protección a los derechos humanos en el país. Estos esfuerzos han incluido una serie de reuniones del grupo de trabajo de sectores no gubernamentales nicaragüenses, incluyendo líderes del sector privado, representantes gremiales y activistas sobre soluciones a la crisis política del país. Los panelistas son parte de este grupo de trabajo, y representan organizaciones que forman parte también de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB). Durante el evento se compartieron resultados de las discusiones privadas que han venido llevando a cabo el grupo, algunas de ellas alimentadas también por la participación de otras contrapartes en las discusiones.

Se subrayó el incumplimiento por parte del gobierno de los acuerdos negociados por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia de Nicaragua, quien es parte de la UNAB.  “Cada día que pasa sin que el régimen de Ortega cumpla con esos acuerdos es otro día que los presos políticos pasan encarcelados” reiteró Orozco, subrayando además la importancia de encontrar un consenso entre una oposición que representa perspectivas muy diversas, lo cual ha sido históricamente una dificultad del movimiento.  Encontrar ese consenso es un paso crítico hacia el balance de poder necesario para unas elecciones democráticas; así como para demarcar el rol de la oposición ante la comunidad internacional.

Un tema de especial interés en la discusión fue la naturaleza no violenta de la oposición, lo cual Maradiaga notó como un quiebre ante las herramientas que históricamente han marcado los cambios políticos en el país.  El hecho de que el régimen de Ortega haya reprimido con tanta fuerza a un pueblo desarmado es parte de lo que hace que este régimen sea, según Granera, “la dictadura más odiosa” que ha tenido Nicaragua. Todos los panelistas reafirmaron el compromiso de mantener una oposición no violenta, pero también hicieron notar la necesidad de apoyo por parte de la comunidad internacional para asegurar que la no violencia sea exitosa en lograr las metas de democracia, justicia y libertad.

Además de una crisis democrática, Nicaragua está entrando en una profunda crisis económica, anotó Healy. Aun y cuando Ortega ha culpado a la oposición por la crisis económica, Healy afirmó que la misma ha sido causada más bien por las políticas de Ortega. Debido a estas políticas, el desempleo ha aumentado y el sector productivo no ha sido capaz ni de apoyar a pequeños productores ni de ser competitivo como exportador. Sin reformas políticas prontas, aseguró Healy, la economía nicaragüense va en camino a lo que él llamó una “venezuelización”.

López y Granera comentaron acerca de la importancia de contar con una oposición diversa, que pueda atraer la gente necesaria no sólo para acabar con el régimen de Ortega, sino también para construir una nueva Nicaragua. Esta nueva Nicaragua, dijo Granera, no puede ser democrática solo desde la perspectiva electoral. Lo que necesita Nicaragua, afirmó, es “un modelo de democracia política, social, y económica.” Para realizar estas metas, se necesita la conversación, la búsqueda de consenso, y la empatía y señaló que el grupo facilitado por el Diálogo ha brindado un espacio para dar inicio a esta conversación.

Los panelistas reafirmaron el compromiso del grupo de trabajo, y de la UNAB, para trabajar para construir una nueva Nicaragua libre de las violaciones a los derechos humanos del régimen de Ortega. También reafirmaron la importancia del apoyo de la comunidad internacional para realizar esta meta.

PUEDE VER EL VIDEO COMPLETO DEL EVENTO EN ESTE ENLACE:

 

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