La reciente declaración final del equipo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) pone de relieve hechos e inconsistencias en la redacción del documento, pero también crea la oportunidad para que la misión del FMI tome en serio su propio diagnóstico y recomendaciones y realice una evaluación sobre las vulnerabilidades de la gobernabilidad y confirme que en Nicaragua se ha producido una “captura del Estado.” De otra forma las consecuencias de su aval al régimen Ortega-Murillo serán devastadoras para los nicaragüenses y para la credibilidad del FMI.